Muchos pacientes de covid-19 leve, o incluso asintomáticos, han padecido las secuelas de la enfermedad y en ocasiones sin saber la causa.
Es natural que, debido al desgaste por hospitalización exista un periodo de convalecencia. Sin embargo, se ha descubierto que 1 de cada 5 pacientes de covid-19 mayores de 18 años desarrollan una condición delicada que puede ir desde afecciones pulmonares (el doble de riesgo comparados con personas no infectadas), insuficiencia renal, afecciones neurológicas o mentales. Estas condiciones aumentan en el caso de pacientes mayores de 65 años.
Quienes tuvieron que ser hospitalizados por poco o largo tiempo, suelen llevar las secuelas de manera mucho más marcada y en muchos casos, como un padecimiento los limita o incluso los obliga a realizar cambios importantes en su estilo de vida.
De ahí, es importante distinguir entre la convalecencia y las secuelas que llevan a padecer un covid-19 largo o persistente.
¿Cómo sé si tengo alguna secuela importante post-covid?
Alrededor del mundo se han realizado estudios para determinar la posibilidad de sufrir un long-covid o covid-19 crónico. Se estima que una de cada tres personas que padecieron covid-19 informaron tener síntomas que perduraron por 12 semanas o más. Estas secuelas se presentan más frecuentemente en las personas que tienen sobrepeso, obesidad o son fumadoras, entre otras condiciones.
La importancia de considerar una revisión médica posterior a la recuperación por covid-19 reside en descartar las molestias provenientes de la convalecencia y descubrir aquellas que son persistentes o que surgieron como una secuela. Entre las pruebas sugeridas se encuentran:
¿Cómo me ayuda la rehabilitación? ¿Es necesaria?
En definitiva, sin importar el nivel, la rehabilitación es necesaria. El regreso a la vida cotidiana sin considerarla, incluida la alimentación y la actividad física, podría ser riesgoso si el paciente hubiera desarrollado una secuela cardiopulmonar, renal o hepática y no lo supiera. Por lo tanto, es clave establecer una correcta detección y rehabilitación para evitar un problema más serio.
Tenemos que aclarar que la rehabilitación para cada persona es diferente. Para algunos, será necesario el trabajo para volver a caminar y hablar, por ejemplo, cuando han pasado por intubación y meses en cama. Para otros, será volver a adquirir la condición física para desempeñar su trabajo con normalidad o poder realizar actividades físicas intensas como triatlones, maratones o competencias deportivas.
También existe la rehabilitación específica para adultos mayores, quienes, como lo comentamos anteriormente, suelen sufrir más secuelas derivadas del covid-19.
No hay que olvidar que la tos constante, dolores en el tórax, dolores de cabeza y otros síntomas de secuela de covid-19 son visibles, pero no son los únicos que se presentan. Ante estas secuelas silenciosas son las que se debe de estar atento, incluidos los episodios de depresión o ansiedad.
Finalmente, el desgaste emocional, de salud y económico ante el padecimiento de un covid-19 agresivo es innegable. Pero muchas de estas secuelas pueden derivar en padecimientos tratables, pero no curables si no son atendidas a tiempo, por ello es importante el acompañamiento desde el inicio de la convalecencia para regresar a la normalidad lo más pronto posible.
Fuentes:
Centers for Disease Control and Prevention (CDC)
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